Porque me parece muy interesante y curioso y algo que nunca me detuve a pensarlo.
¿Qué opinión tienes respecto al blog leído?
Es muy interesante pero a la ves es cruel al menos me parecio un buen experimento pero el tan solo pensar como esta ese pobre animal o persona atada a esos tubos de circulacion artificial pueden estar por horas me parece muy extraño.
¿Quién es la persona que lo escribe?
David Hidalgo Vega
¿A que se dedica o que aficiones tiene?
Es cronista. Ejerce el periodismo desde 1995. Es editor general de la revista Etiqueta Negra. Ha trabajado como reportero en los diarios El Comercio y La República. Ha publicado en El Gráfico-Perú. Una de sus crónicas fue escogida por la revista colombiana Gatopardo entre las diez mejores historias publicadas en diarios de América Latina en 2004. Entre 2003 y 2005 asistió a la Conferencia Nieman de Periodismo Narrativo organizada por el Instituto Nieman para Periodismo de la Universidad de Harvard. Es coautor del libro "La muerte se escribe sola" (2006), publicado por Agenciaperu y Aguilar. En diciembre de 2006 recibió el premio anual de Periodismo y Derechos Humanos otorgado por la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos del Perú. Es uno de los cronistas incluidos en la antología "Locos, malos y virtuosos" (2007) de Editorial Recreo. En julio del 2007 publicó "Sombras de un rescate: tras las huellas ocultas en la residencia del embajador japonés", bajo el sello editorial Planeta. Es profesor del curso de Periodismo Literario I en la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC).
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Los historiadores de la medicina reconocen como primer antecedente los estudios del médico francés Julian Jean Cesar Legallois, quien en 1813 sugirió que se podía preservar con vida partes del cuerpo por medio de la circulación artificial. Medio siglo después, hacia 1858, su colega y compatriota Charles Edouard Brown-Séquard trató de aplicar esa tesis siguiendo la tradición francesa: empezó a probar con miembros de prisioneros guillotinados. “Demostró que la actividad nerviosa refleja podía ser preservada mediante la inducción de sangre oxigenada a las arterias por medio de jeringas”, señalan los cirujanos Igor E. Konstantinov y Vladimir V. Alexi-Meskishvili en un artículo sobre los avances en este tema. Exactamente una década después, Ludwing y Schmidt diseñaron un aparato para la inyección de sangre arterial desde un recipiente hasta un órgano separado vivo. Antes de terminar el siglo XIX ya existían dos máquinas más que permitían la inyección artificial de sangre.
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Katherine Ramírez Vargas
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